Jaula, sinónimo de prisión, un lugar del que no puedes salir, en el cual estás encerrado, encarcelado, enjaulado.
¿Y si esa jaula no tiene barrotes ni cerradura?
¿Y si no es ni de madera ni de metal?
¿Y si la jaula es tu propio cuerpo?
Bueno, si ese es el caso, no puedes salir de ella.
Te limitas a existir, a vivir con limitaciones que no puedes controlar.
¿O tal vez sí puedes?
No, hay cosas que no dependen de ti.
De ahí viene esa impotencia que sientes en ciertos momentos. Que no te deja ver nítido,
y te recorre de arriba a abajo dejando un rastro de rabia. Rabia que acabas acumulando
y pasa de grito a llanto contenido. Ya que no hay ningún culpable.
¿O sí lo hay?
No, no lo hay, pero de tanto comerte la cabeza acabas pensando que eres tú.
Esto te provoca un dolor que te asfixia. Intentas coger aire y te acabas ahogando.
Por eso, tratas de salir de tu cuerpo, de escapar de ti.
Pero entonces te das cuenta de que no puedes.
Tu jaula es eterna.

JAULA
Proyecto Fotográfico
2020